miércoles, 15 de diciembre de 2010

SAMARCANDA de Amin Maalouf

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5 comentarios:

  1. Salud, a todas, más que a todos,(ellas son más):
    He leído la novela con agrado, y con las limitaciones que siempre viajan conmigo.
    No dispongo de ninguna aptitud ni aspiración, para ejercer de crítico literario. Esta afirmación podía haberla omitido, pues queda bien patente en el contenido de este texto, que escribo por el simple placer de hacerlo, y de participar con el resto de comentarios.
    Lo que más me ha llamado la atención es el texto que copio a continuación y que se sitúa, cuando Yahán, la mujer de Omar, por encargo de Terken Jatún, la mujer del sultán, propone a Omar que acepte el nombramiento de gran visir, y éste se niega.
    Yahán traduce las palabras de Terken Jatún:
    "Mi señora dice: el hecho de que hombres como tú se aparten de la política es la causa de que estemos tan mal gobernados. Ella estima que tú tienes todas las cualidades necesarias para ser un excelente visir." A lo que Omar responde:
    "Dile que las cualidades que se necesitan para gobernar no son las que se necesitan para acceder al poder. Para dirigir bien los asuntos hay que olvidarse de uno mismo, no interesarse más que por los demás, sobre todo por los más desgraciados; para llegar al poder hay que ser el más ambicioso de los hombres, no pensar más que en uno mismo, estar dispuesto a aplastar a los amigos más íntimos, ¡y yo no aplastaré a nadie!".
    A buen seguro, que de haber leído este testamento político, un gran literato peruano, que en política, "fué por leña y salió trasquilado", lo habría evitado.
    Esta conversación, que el autor pone en boca de los personajes, evidentemente resulta insuficiente, pues de todas es sabido, que el poder corrompe necesariamente a quien lo ejerce y proporcionalmente al tiempo en que lo ejerce, es decir, a más tiempo de ejercicio del poder, mayor grado de corrupción.
    Hasta que nos veamos, con dos kilos de más por causa del relajamiento festivalero.
    Fernando.

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  2. SAMARCANDA de Amin Maalouf

    EL VIAJE DE RUBA´IYYAT

    Texto:Rafael Torres Enero 2011

    Creo que lo mejor del contenido de esta novela es la historia de Omar Jayyám y sus Ruba´iyyat. En cuanto a la forma de contarla es de destacar el manejo que el autor hace de la ficción que necesariamente ha de estar presente en una novela histórica. La ficción incrustada en el rigor de los datos históricos, si se hace bien,suple los detalles ignorados de la realidad perdidos para siempre en el tiempo. De esta forma, la historia se enriquece con la imaginación y estimula el pensamiento; no deja de ser una ventaja sobre el ensayo. No obstante debo decir que en esto, el autor es más brillante en la parte del relato correspondiente a la historia medieval. O eso creo yo, si escribo estos comentarios en primera persona es con la intención de resaltar la subjetividad de los mismos.
    Las referencias a Omar Jayyám, no sólo evocan a este sabio, también de alguna manera, a todos aquellos que rechazan el fanatismo, aman la vida y la libertad; sin distinción de tiempos, lugares y razas. Amos Oz,escritor israelí ,dijo que “la capacidad de imaginar al prójimo es un modo de inmunizarse contra el fanatismo”.
    Descubrí el Ruba´iyyat de Omar Jayyám en una librería de Alicante,un día en que el azar debía estar de mi parte, sin saber lo que buscaba ni tener capacidad literaria para apreciarlo como se merece. No obstante, cuando lo encontré me impresionó la musicalidad poética y el profundo significado inmerso en la sencillez de sus cuartetas.
    “Fugaces son nuestros días;
    y huyen como el agua de los
    ríos y los vientos del desierto.
    Empero, dos días me dejan
    indiferente: el ayer que murió
    y el mañana que aún no ha nacido”
    Su poesía es un canto a la vida y un lamento por su brevedad,capaz de viajar a través de siglos y países.
    En la segunda parte de la narración, situada en la Persia de principios del siglo XX, el autor nos muestra realidades históricas,personajes reales y ficticios: rusos y británicos tratan de esquilmar a Persia. Howard Baskerville y Morgan Shuster,aunque reales,sus acciones no dejan de llamarnos la atención como “americanos salvadores”,situación muy distinta a nuestros días.
    Hay incoherencias narrativas en el final, sobretodo con el personaje de la princesa Xirin. El autor lo desvanece, pretendiendo que podría haber sido un sueño, después de acumular sobre ella una apreciable cantidad de detalles realistas:las cartas escritas,los documentos clandestinos, las relaciones sexuales, el matrimonio con el protagonista. No sé porque el autor ha manejado el personaje de esta manera,pero no puedo evitar la sensación de artificio fuera de lugar.
    Creo que el interés de esta novela está en los valores morales que la historia transmite más que en sus méritos puramente literarios.

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  3. En la pestaña "enlaces" se ha incluido la web con los versos de Omar Jayyám.

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  4. Pilar Modrego comenta (Primera parte)
    Habiendo descubierto en Internet una biografía del autor en la que he encontrado respuesta a algunas de las lagunas que tenía respecto a su vida y obra, me permito transcribirla en nuestro blog por si puede interesar a alguien su lectura.
    En una larga entrevista que le hace su traductor italiano, el autor responde ampliamente a las preguntas que éste le hace, y que si tuviéramos oportunidad quizás le haríamos sus lectores. Le hace ver por ejemplo que, pese a ser un autor conocido y leído es poco lo que se sabe de él mismo, de su familia.
    Omitiendo los datos que ya conocemos como lugar y fecha de nacimiento, nacionalidad, etc., llama la atención de cómo los conflictos políticos, religiosos, étnicos, han influido en sus antepasados. Comenzando por la diversidad de sus componentes que, mientras la rama materna era de origen francés y católica, la paterna era anglófila y protestante. El estudió en Beyrouth en colegio y universidad franceses y católicos, requisito que exigió la familia materna para acceder al matrimonio de la hija.
    Su padre fue un reputado periodista en Beyrouth con influencia en la vida política a través de sus artículos y contactos. Maalouf siguió sus pasos y llegó a ser también un notable periodista, lo que le dio la oportunidad de viajar por oriente y occidente y acumular conocimientos que nos transmite en sus obras. Por ejemplo, dice, le llama la atención de cómo en otros tiempos hubo pueblos que lograron convivir juntos pese a pertenecer a distintas religiones y culturas, y que esto sea tan difícil hoy día y “las minorías” se vean expulsadas del lugar en el que nacieron y vivieron parte de sus vidas.
    Este sentimiento lo tiene Maalouf muy arraigado en sus raíces ya que su familia lo ha experimentado. Su abuela salió siendo niña con su familia de Estambul (Constantinopla) a Egipto donde se instalaron y nació su madre, de donde también tuvieron que exiliarse y se instalaron en Líbano, donde nació Maalouf. Cuenta éste que su madre siempre hablaba de “nuestra casa en el Bósforo” y “nuestra casa en Egipto” y ese sentimiento de tener que dejar siempre atrás “su casa” estuvo siempre presente en el autor desde su infancia, sin saber que más tarde él seguiría el mismo camino y se vería obligado a dejar la suya en Líbano y establecerse en Francia donde vive actualmente.
    Preguntado de cómo nació en él ese sentimiento de considerarse siempre extranjero, dice que lo ha sentido desde su nacimiento a través de su abuela y su madre.
    El hecho de ser árabe pero no musulmán sino cristiano, y por tanto minoritario en cualquier país en el que la religión mayoritaria sea la musulmana, puede ser una de las claves, aunque el autor manifiesta que no es solamente la religión sino la diferente forma de ver y encarar la política, lo que le llevó desde muy joven en la universidad a comprometerse y destacarse en la defensa de algunas valores en los que él creía firmemente.
    Como testigo por haber vivido en oriente y occidente, cree Maalouf que está en condiciones de comprobar a qué punto los unos ni los otros son incapaces de alejarse de sus miras parciales: Centro-europeos; Centro-árabes ó Judeo-centrales, sin poner nunca en cuestión su propia perspectiva.
    Preguntado si no le tienta dejar la escritura para implicarse en la vida política, comprometiéndose en su lucha y recuperando sus viejos amores juveniles por ella, dice que siente que con sus escritos lucha contra la discriminación, la exclusión, el obscurantismo, la estrechez de miras, la pretendida guerra de civilizaciones, e incluso contra la perversidad del mundo moderno. Escribir, dice, como si mis libros pudieran cambiar el mundo. Sé perfectamente que esto no es mas que una ilusión, pero si no la tuviera, mi trabajo no tendría sentido.
    .............. sigue en Parte segunda ........

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  5. Pilar Modrego comenta (segunda parte)

    En respuesta a por qué utiliza en sus obras lugares y personajes del antiguo oriente como Samarkanda, dice que el motivo de escribir este libro estuvo en el interés que la historia de Irán despertó en él, a raíz de un viaje que hizo a este país en 1979 como periodista, teniendo la oportunidad de asistir a la proclamación de la república islámica, y que le llamó la atención los cambios que este país había sufrido en los últimos 25 años de su historia.
    Para Maalouf Samarkanda es la historia de un poeta que se retira del mundo en el que vive para construirse el suyo propio. Omar Khayyam se aleja del camino de sus contemporáneos y desconfía de la política; guarda sus distancias respecto a los príncipes, y se refugia en su observatorio para contemplar las estrellas. El único vínculo que le une al mundo exterior es su bella compañera Jahana que en árabe significa “mundo”.
    Hablando de Europa, donde vive desde hace ya tiempo, dice que aunque piensa que no es un mundo perfecto, viniendo de un tan convulso y siempre en guerra, está encantado de vivir en él y lo considera un privilegio. Desearía, dice, que Oriente Próximo meditara sobre este modelo y lo implantara algún día en su terreno.
    Preguntado sobre qué opina de las religiones dice que le interesa menos su contenido que los países que las han representado. Concretando su pensamiento a este respecto dice que él a menudo habla del mundo musulmán pero poco del Islam, habla de la cristiandad pero poco del cristianismo. Piensa que el contenido de un libro influye poco en las creencias de los lectores pero también cree que un escritor puede predicar a través de sus líneas la tolerancia o la intolerancia, promocionar el progreso o la represión. Se puede conseguir decir a través de un libro lo que se quiera, pero todo está en su interpretación.
    En este punto de la entrevista, el entrevistador dice que cree escuchar en la voz de Maalouf los ecos de Omar Khayyam en estos versos.
    Nada, no saben nada, nada quieren saber
    Mira esos ignorantes, son los que dominan el mundo
    Si no piensas como ellos te llaman incrédulo
    Ignóralos Khayyam, sigue tu propio camino.
    Son muchos los temas que se tocan en esta entrevista (29 páginas), y es imposible transmitirlos todos ellos, pero hay uno que me parece interesante y del que se habla tanto en nuestros días.
    Preguntado sobre si quisiera demostrar que el “choque entre civilizaciones” es inevitable y si encontraría argumentos para su comprensión, tras un rotundo “sin duda”, argumenta sus posición y termina diciendo que para él existen unos valores universales como son: libertad, democracia, dignidad, igualdad para todos.. Dice que desconfía profundamente de los que renuncian a la propagación de estos valores bajo el pretexto de respetar supuestas fronteras culturales, étnicas o religiosas.
    También explica como decidió dedicarse exclusivamente a la escritura y donde y como crea sus obras, para lo cual se encierra largas temporadas en solitario en una isla del Atlántico, sin que en ningún momento descubra su emplazamiento.

    ................ Fin del comentario ............

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